martes, 30 de noviembre de 2010

La circulación en el ser humano

En todas las culturas la sangre es el símbolo de la vida. Este fluido recorre todo nuestro cuerpo gracias a la circulación repartiendo nutrientes y oxígeno a todas las células del cuerpo.

Componentes del aparato circulatorio

Imagen de una arteria observada al microscopio electrónico y coloreada
 
El aparato circulatorio comprende el sistema circulatorio sanguíneo y el sistema linfático. Está formado por un medio líquido, la sangre, un órgano impulsor, el corazón, y un sistema de vasos sanguíneos, que transportan la sangre por todo el cuerpo.

La sangre

La sangre está compuesta por una parte líquida, el plasma, y por varios tipos de células.
El plasma es una disolución acuosa que contienen diversos tipos de sustancias orgánicas e inorgánicas. Se encarga de transportar nutrientes y otras sustancias por todo el cuerpo y contiene proteínas que son indispensables para que la sangre se coagule en caso de que se produzca una herida.
Hay varios tipos de células sanguíneas:
  • Glóbulos rojos. Tienen forma de disco y han perdido el núcleo. Su citoplasma está repleto de hemoglobina, una proteína capaz de cargarse de oxígeno en los pulmones y liberarlo en los tejidos que lo necesitan.
  • Glóbulos blancos. Se ocupan de defendernos de las infecciones, pues son capaces de eliminar gérmenes patógenos.
  • Plaquetas. En realidad son fragmentos de unas células especializadas. Participan en la coagulación de la sangre. 

El corazón

Anatomía interna del corazón
 
Es un órgano musculoso con cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. Las aurículas reciben sangre de las venas cavas y las pulmonares y los ventrículos la impulsan a través de las arterias aorta y pulmonares. Las cavidades se pueden contraer, con lo que impulsan la sangre, y relajar, con lo que permiten que la sangre penetre. La contracción recibe el nombre de sístole, y la relajación, el de diástole. La pared del corazón está irrigada por las arterias y venas coronarias.
La sangre llega por las venas, pasa a las aurículas y de éstas, a los ventrículos. Entre las aurículas y los ventrículos existen válvulas para impedir el retroceso de la sangre.


La circulación sanguínea

En el ser humano la circulación es doble, pues la sangre realiza dos circuitos, y completa, pues no se mezclan la sangre oxigenada y la desoxigenada.

La circulación linfática

El cometido principal de la linfa es recoger el exceso de líquido intersticial que se produce. Este líquido pasa al interior de los capilares linfáticos, y se desplaza gracias a los movimientos de los músculos del cuerpo, combinados con unas válvulas que impiden que el líquido retorne. Al final, unos conductos linfáticos y otros se van uniendo y forman unos conductos comunes que desembocan en el sistema sanguíneo.
En el sistema linfático existen unos abultamientos, los ganglios linfáticos, en los que se producen linfocitos, un tipo especial de glóbulos blancos.
Otra función del sistema linfático es la absorción de las grasas en el intestino delgado, mediante los vasos quilíferos.

La circulación en los animales

Los nutrientes no sirven de mucho si se quedan en el aparato digestivo, ni el oxígeno resulta útil si permanece en el respiratorio. La circulación los reparte a todas las células del cuerpo, al tiempo que retira las sustancias de desecho que estas producen. 

Componentes de los sistemas circulatorios

Un sistema circulatorio consta de los siguientes elementos:
  • Un medio líquido circulante, que transporta las sustancias.
  • Un sistema de conductos por donde circula el líquido.
  • Un corazón o varios, que actúan como una bomba e impulsan el líquido.
El medio líquido consta de agua, sales minerales, sustancias orgánicas y, a veces, células en suspensión. En muchos animales contiene pigmentos respiratorios, que son sustancias capaces de tomar oxígeno en los órganos respiratorios y cederlo en los tejidos que lo necesitan. En los vertebrados, el medio interno es la sangre. En los invertebrados son otros líquidos, como la hemolinfa de anélidos, moluscos y artrópodos o la hidrolinfa, de los equinodermos.
Los conductos por los que circula el medio líquido pueden formar un circuito cerrado. En ese caso, la sangre nunca sale de ellos y el aparato circulatorio se llama cerrado. En otros casos, los conductos se abren a espacios internos a los que sale el líquido. El aparato circulatorio, en este caso, es abierto.

Los aparatos circulatorios de los invertebrados

En los más sencillos, como esponjas, celentéreos o algunos gusanos, no existe aparato circulatorio, pues los nutrientes y el oxígeno llegan directamente a todas sus células. Se trata de un transporte directo a través de las membranas celulares, siempre que el animal sea pequeño y tenga pocas capas de células.
El resto de los invertebrados tienen sistemas circulatorios. En los anélidos y los cefalópodos, el sistema circulatorio es cerrado, mientras que en los insectos bivalvos y gasterópodos es abierto. Los equinodermos presentan un sistema especial, el aparato ambulacral.

Los aparatos circulatorios de los vertebrados

Sistema circulatorio cerrado sencillo de un pez
 
En los vertebrados la sangre circula por un sistema de vasos sanguíneos, sin salir nunca de ellos. Los vasos que salen del corazón son las arterias, y tienen paredes gruesas y musculosas. Se reparten y ramifican por todo el cuerpo, y van perdiendo grosor hasta que se convierten en capilares sanguíneos. Estos tienen unas paredes muy finas, a través de las cuales se produce el intercambio: la sangre cede a las células oxígeno y nutrientes, y recoge dióxido de carbono y otras sustancias de desecho. Los capilares se reúnen para formar las venas, que se van uniendo con otras y haciéndose cada vez más gruesas, hasta regresar al corazón.
Hay dos tipos de sistemas circulatorios cerrados: sencillo y doble.
  • Sistema circulatorio cerrado sencillo. Se encuentra en los peces. Se denomina sencillo porque la sangre solo realiza un circuito: del corazón va a las branquias, donde se carga de oxígeno y descarga el dióxido de carbono. De ellas va al resto del cuerpo del pez. El corazón consta de una aurícula, que recoge la sangre venosa, y un ventrículo, que la impulsa para realizar el circuito.
  • Sistema circulatorio cerrado doble. Se encuentra en el resto de los vertebrados. La sangre recorre dos circuitos: el circuito de la circulación pulmonar, que va a los pulmones, y el de la circulación general o simétrica, que va al resto del cuerpo.
    El corazón de los anfibios y el de los reptiles, excepto el de los cocodrilos, tiene dos aurículas y un ventrículo. Una de las aurículas recibe la sangre oxigenada de los pulmones, y la otra, la sangre desoxigenada que vuelve del resto del cuerpo. En el ventrículo se mezclan en cierta medida ambos tipos de sangre. A este tipo de circulación se le llama incompleta.
    En los cocodrilos, las aves y los mamíferos existen dos aurículas y dos ventrículos, de modo que no se mezclan la sangre oxigenada y la desoxigenada. A este tipo de circulación, en la que no hay mezcla, se le llama completa.

De Flores a la Paz de Abril

Los años de la Guerra del Paraguay señalaron un punto de inflexión en la historia uruguaya. Son años de prosperidad, pese a todo, pero también de los primeros cracs financieros.

Todos contra Paraguay

Paraguay antes y después de la guerra
 
La estrategia expansionista de Brasil desembocó en un conflicto armado con Paraguay. A propósito de una reclamación de límites se desencadenó una guerra que duró cinco años y destruyó humana y materialmente al país agredido. Aparte del control de los ríos, Brasil aspiraba a que una "guerra nacional" atenuara las tendencias separatistas de Río Grande.
Argentina se sumó a la contienda alegando también una cuestión de límites, aunque su razón real era otra. Paraguay era considerado un aliado tradicional de los federales del litoral y Mitre encontró la ocasión de cobrarle la cuenta. Por otra parte, tampoco estaba dispuesto a dejar al Imperio libre de manos en la región.
En cuanto a Uruguay, que carecía de razones o reivindicaciones para intervenir, se vio presionado a hacerlo a raíz de los compromisos adquiridos por Flores con Brasil y Argentina.
En mayo de 1865 se firmó el Tratado de la Triple Alianza, cuyas cláusulas secretas disponían una guerra de exterminio, como realmente ocurrió. A pesar de que el presidente paraguayo Solano López propuso más de una vez una paz sin condiciones, ésta solo se obtuvo tras su muerte, en el campo de batalla de Cerro Corá, el 1º de marzo de 1870.
La guerra dejaba tras de sí trescientos mil muertos: más de la mitad de la población paraguaya.

La dictadura de Flores

En Uruguay, en cambio, la guerra dejó buenos dividendos. El incremento del comercio de tránsito y la demanda de las tropas brasileñas dieron importantes ganancias a la clase mercantil montevideana. Capitales ingleses empezaron a afluir a la plaza complementando a los de Brasil, y el agro experimentó significativas transformaciones con la introducción del lanar. No obstante, la vinculación con los centros financieros británicos también enlazó al país a las crisis internacionales y los gastos de la guerra aumentaron la deuda de un Estado cada vez más pobre y dependiente de los préstamos, desde entonces también extranjeros. A fin de paliar la pobreza de las arcas públicas, Flores recurrió al curso forzoso del dinero.
En el orden político, Flores mantuvo a ultranza un gobierno de divisa que llevó a la reacción de los blancos. Estos, liderados por extraño que parezca por el ex presidente Berro _el hombre "anti-divisa"_ fueron apoyados por algunos colorados de la vieja y la nueva generación "doctoral". Las prácticas de Flores _resoluciones por decreto, desconocimiento de la oposición, fraude electoral_ llevaron a estos grupos a aliarse contra quien ejercía una verdadera dictadura bajo la fachada de un "gobierno provisorio". El complot culminó en febrero de 1865 con un hecho sin precedentes en la historia del país: los blancos asaltaron el Fuerte, sede del gobierno, y el Cuartel de Dragones; cuando Flores se dirigía al Cabildo a organizar la resistencia, fue asesinado en plena calle y pocas horas después fue ajusticiado Berro, el jefe del levantamiento. El doble magnicidio del 19 de febrero de 1865 avivó la guerra entre blancos y colorados: la política de fusión había perdido definitivamente la partida.

Últimas lanzas en las cuchillas

Sin figuras capaces de aglutinar los colectivos partidarios, estos se fragmentaron en grupúsculos o cayeron en manos de caudillos locales. La difícil elección de un candidato de consenso para la presidencia de la república recayó en el general Lorenzo Batlle, un colorado de talante moderado y con experiencia política.
El nuevo presidente asumió en marzo de 1868, asediado por problemas económicos y políticos. Entre los primeros, el inminente estallido de una gran crisis financiera; entre los segundos, la insubordinación de caudillos de su propio partido. El desafío más grave, sin embargo, fue la insurrección blanca liderada por Timoteo Aparicio. La Revolución de las Lanzas _como fue llamada por ser el último conflicto en que se usaron estas armas_ involucró a más de dieciséis mil hombres entre insurrectos y gubernamentales y fue cruenta y destructiva. Tras dos años de lucha _marzo de 1870 - abril de 1872_ devastó la campaña, provocando la reacción de los hacendados que veían, en muchos casos, la pérdida total de una incipiente explotación racional.
El conflicto civil más importante del país después de la Guerra Grande finalizó con un acuerdo inédito. El 6 de abril de 1872 Tomás Gomensoro, presidente del Senado en ejercicio de la presidencia por haber finalizado el período de Lorenzo Batlle, firmó la Paz de Abril. En ella se estipulaba una nueva forma de conciliación entre las divisas: el gobierno colorado aceptaba dar a los blancos cuatro jefaturas políticas departamentales. Dada la injerencia que los jefes políticos tenían en las elecciones a diputados y senadores, ello significaba abrir el acceso de la oposición a las Cámaras. Claro está que el acuerdo era "de palabra", pues si se hubiera dejado constancia escrita, habría significado una flagrante transgresión constitucional. Era un atajo más que "el país real" tomaba para resolver un problema que la ley no contemplaba.